Se cumplen 134 años de la Gesta Histórica del primero de mayo en la que los obreros de Chicago se alzaron contra la explotación patronal exigiendo la jornada de 8 horas diarias que costó la vida de dirigentes y el injusto presidio de miles de huelguistas. Su ejemplo sigue vivo en la lucha y corazones de la clase trabajadora mundial. Lamentamos, no poder realizar ningún acto masivo de trabajadores(as) por la pandemia que vivimos.
Este 1 de mayo se da en medio de la pandemia del COVID-19 que afecta mayormente, a la clase trabajadora, que ya venía padeciendo los efectos de una recesión económica con desempleo, informalidad, delincuencia y otros problemas sociales, Recordemos que hace unos meses se dieron grandes movimientos de masas en Latinoamérica para enfrentar las políticas neoliberales impuestas por las Instituciones Financieras Internacionales (IFIs) en la que se denotaba el protagonismo de los trabajadores organizados como fuerza motriz.
En el 2020 el problema se agravó, debido a la pandemia y su impacto en la economía, La OIT y la CEPAL han informado que la recesión empeorará este año, con pérdidas de millones de empleos, principalmente, en aquellos países con economía precaria.
En Panamá, el MITRADEL ha autorizado millares de suspensión de los efectos de contratos, dejando a los trabajadores sin ningún ingreso salarial. Se estima que el desempleo, puede alcanzar hasta el 20% de la población económicamente activa. Entendemos la gravedad objetiva de la crisis, pero quienes están cargando con el mayor peso de la crisis, es la clase trabajadora. Es necesario señalar que las decisiones del MITRADEL, han llegado a rebasar la legalidad, ya que los decretos ejecutivos se constituyen en un abuso de autoridad. Además, el Órgano Ejecutivo y su «gabinete de crisis» vienen demostrando incapacidad o desinterés para disminuir los problemas socioeconómicos de la población como lo demuestra, que no se haya refrendado la ley de moratoria.
Desafortunadamente, la cuarentena nos obliga a una desmovilización temporal; que limita nuestra beligerancia y protagonismo social, mientras que los sectores empresariales en alianza con el gobierno están tramando lucrar más, después de la crisis. Es evidente que, harán todo lo necesario para que la clase trabajadora cargue con todas las consecuencias de la crisis del COVID-19.
Frente a esta situación de crisis que estamos viviendo por la pandemia, es necesario un cambio en el Modelo Económico de Desarrollo de nuestro país; que responda a los intereses nacionales y deje de lado las políticas neoliberales, que pretenden desconocer los Derechos Mínimos de los(as) trabajadores(as) establecidos en el Código de Trabajo y provocar reformas al mismo, hecho que no vamos a aceptar por ninguna circunstancia.
Por lo tanto, proponemos un Gran Pacto Social con la participación de todos los sectores de la sociedad, para discutir el rumbo que nuestro país; que requiere en estos momentos de crisis, se acuerden políticas claras de cómo recuperar nuestra economía y minimizar los efectos del desempleo con una verdadera Justicia Social.
Este primero de mayo, la CTRP, reafirma su vocación de lucha social y democrática. No hay espacio, que no sea el de la unidad sindical,
Guillermo Puga
Secretario General
«Viva el Primero de Mayo»
«Si a la Ley de Moratoria»